Jorge debía irremediablemente preguntar por su ruta en ese último semáforo, antes de meterse en la autopista. Pero no había nadie en él. Si perdía su salida, le tocaría recorrer al menos treinta kilómetros más y, lo que era peor, llegaría tarde a su entrevista de trabajo. En ese instante, a su derecha se detuvo un flamante Mercedes. Al volante estaba un señor de unos sesenta años y de aspecto altivo. Su boca dibujaba el típico rictus del empresario insatisfecho con la cuenta de resultados. Además, el hombre debía de estar enfermo porque no dejaba de sacudir la cabeza. Jorge casi no se atrevía a preguntarle pero debía hacerlo. Sacó la cabeza por la ventanilla del lado pasajero y, con gesto respetuoso, le pidió que bajara el cristal. A Jorge le pareció que, de frente, la cara del señor era aún más impresionante. Sin inmutarse, el empresario disgustado pulsó el botón para bajar la ventanilla. De repente, del interior del Mercedes salieron, atronadores y ensordecedores, los acordes más estridentes del estribillo de “I can’t get no” de los Rolling Stones. Al ver la cara conmocionada de Jorge, el hombre, con una ligera mueca a modo de disculpa, detuvo inmediatamente la música. Algo atolondrado, Jorge acertó a duras penas a preguntarle por la salida de Chinchón…
Este es un minicuento que lo encontré en una página web. Esta muy bueno, ya que lo utilice en un trabajo de recurrencia del ramo de "Lingüística del texto ". Además, posee muchas elisiones y pronominalizaciones.
Tiene un continuará? quede como esperando algo, no sé qué, pero algo.
ResponderEliminarAh, definitivamente hay que romper con los prejuicios, o no?...
salud y buenaventura
=D yo también quedé en "..." hay un continuará?
ResponderEliminarLamentablemente no =( !! fue un minicuento que utilice para mi trabajo de recurrencia!!
ResponderEliminar