La cigarra y la hormiga
Una hormiga, llegado el verano, recogía afanosamente granos de trigo y cebada, guardándolos en su granero para alimentarse en el invierno.
La cigarra, que pasaba el día cantando, se sorprendió de verla tan trabajadora en época en que los animales, dejando sus faenas, se abandonan a la buena vida y a la diversión.
Calló la hormiga, pero cuando llegó el invierno y con él la escasez de provisiones, la cigarra, hambrienta, fue a pedirle a la hormiga unos cuantos granos para alimentarse.
Entonces la hormiga replicó:
- Ya ves, holgazana, si hubieras trabajado en el momento oportuno, hoy no carecerías de alimento. Canta, pues, ahora, mientras yo como.
Si el ocio causa tedio,
el trabajo es buen remedio.
Esta fábula, de acuerdo con los principios retóricos tradicionales, posee introducción, desarrollo, conclusión y moraleja. Es perfecta para cualquier curso para desarrollar la comprensión lectora.
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